sábado, 7 de septiembre de 2013

ARTÍCULOS. POESIA DE LA AUSENCIA II.




POESIA DE LA AUSENCIA II








El amor y el desamor han llenado desde siempre los versos de los poetas, es por su causa donde se han vertido los mejores  y más sentidos versos y es por él donde se hace más fina la sensibilidad poética  de acuerdo sin duda con el estado emocional que los origina. Si el amor en si, tanto desde la pureza de su abstracción mística como desde el sensual y humano goce en la reafirmación de los cuerpos, ha llenado las librerías de bellísimos poemarios, no lo es menos, a pesar de su desgarrador motivo, que la ausencia del ser querido, la separación por el desamor o cualquier otra causa han completado con su emotividad y belleza de completarlas. Hemos hablado en estas páginas recientemente de la Poesía de la ausencia,  y en estas líneas continuamos el tema con algunas referencias a poetas actuales, que dentro de la versión parcial y, por eso, cargada de subjetividad de quien esto escribe, pueden dar un sesgo de lo que algunos poetas actuales escriben del tema.


Pedro Lastra es un poeta chileno que por su ausencia de su país durante mucho tiempo y   por la dedicación a la docencia “en tierra extranjera”, como a él le gusta decir, ha sido un poeta de minorías. Una selección de su obra a cargo de Irene Mardones y de Miguel Gomes ha visto la luz en Pre-textos, bajo el nombre de Baladas de la memoria. Y el amor, el tiempo del amor, ocupan  un lugar primordial  en los versos de Lastra; mas de una forma singular, dotando al poema de una honda perspectiva en la que espacios y tiempos se entrecruzan en una labor que huye del vacío.  En ellos está presente en hermosa elaboración  de la ausencia, no como dolorosa ruptura, sino comno incntivo para su profundización : “…nunca eres más bella que cuando sé que eres/ la que no está conmigo…”, “ Tu nombre es  tan hermoso como el vuelo de un pájaro/ que abandonando el dulce refugio de sus árboles/ se perdiera en el mar llenos de alas/ que le inventó la noche por amor.” , “…cuando el viento derrama/ tu cabellera sobre mi memoria.” y la enjoyada espera : “Mientras espero tu llegada/ las aves sobrevuelan el jardín silencioso/ ellas también te esperan/…/ y te veo venir por un claro del bosque/ junto al agua real…”


En El tiempo entre los labios, nos ofrece Víctor Jiménez (Sevilla, 1957) una Antología de su obra publicada entre 1984 y 2008, en la que el  lacerante desgarro del amor se hace presente en la memoria: “Del recuerdo volvía malherido/ y en silencio…”, “Por no decirte amor,/ dolor, ¿te digo olvido?...” y  esa separación a veces llega a  cuajar momentos en los que el sentimiento de la pérdida  refluye hacia laberintos de conformidad: “ Ahora que me estaba acostumbrando/ a ese sabor sombrío de la ausencia…”,


Antonia Toscano es una poeta de Ronda  en cuya poesía se presiente un mundo en el que la naturaleza es parte importante. En una Antología de su obra reciente  esta presencia de la naturaleza se manifiesta en todos los poemas, incluso en aquellos que intentan trasladarnos una cierta emoción de tristeza, y cuando llega el tiempo de la sombra   es la ausencia protagonista en medio de este universo tan cercano, tan palpable naturaleza: “ …Y exploro/ lo insondable del océano, devorando a dentelladas el aire/ de tu brisa.” y esta ausencia se hace a veces palpable realidad , luminosa presencia de tal modo que “ Quiero verter en la forma de mi piel/ el agua de tu aliento/que los torrentes que te fluyen / colmen mis aguas subterráneas.” hasta que “Las cerezas en flor han estallado/ al roce clandestino de mi mano/ esculpiendo la tierra del camino.”


Sobre la poesía amorosa  de María Sanz, (Sevilla, 1956) dice Manuel Gahete que “ la autora indaga en su corazón para explicar la paradoja absoluta: amor y desamor al mismo tiempo”, y esta doble cara de una misma pasión, este Jano bifronte del sentimiento , tan frecuente en la obra de la poeta, emerge con fuerza en “Los cielos tardíos” , obra con la  que ganó el Premio Nicolás del Hierro . En ella dirá:“Ahora sólo tengo tus tardes en presente,/ la realidad sin fecha que a solas atesoro…”  , tarea en la que el recuerdo incide  “ Sólo tú me has mostrado un paraíso…”; pero se hace el silencio, ese oscuro triunfo del desamor , la ausencia más sutil y dolorosa ,  donde   “ Cuántos latidos saben del silencio…” llegando a ser  “…el silencio / de cada madrugada lo que orienta mi brújula.”  


En “Viento de cuchillos, Rocío Hernández, (Sevilla, 1976) ,nos muestra los polos opuestos de la pasión, el amor y el desamor; la presencia y la ausencia, el haz y el envés “En una misma cama, dos orillas distintas,/ soportan el silencio los amantes./…/ Pero ninguno duerme,/ pero ninguno besa/ o llama/ o roza; …” . Y es tan presente el polo negativo, la ausencia,  que se eleva el lamento: “Porque voy a estar sola/ porque estaremos solos/ y ciegos y desnudos/ como todos los muertos…”. La muerte del amor tras la que en un poema las palabras adquieren un valor iconográfico más potente, imágenes riquísimas que alzan en su plástica el fulgor doloroso de la pérdida: “Carcoma./ Helada mariposa./Cien pájaros de escarcha/ contra un cielo de ceniza./ Negro pez de las sombras./ Araña/ que enhebra tenebrosa/ con sus hilos de muerte/ la malherida fe de los amantes…” .En Penumbra, se manifiesta el látigo doloroso de la memoria: “…Te recuerdo, aún caliente,    para llegar a decir: “…el recuerdo es una fiera pestilente/que habita en su guarida de alimaña.”como forma de fustigar la ausencia. El recuerdo como lacerante e incesante látigo de la memoria en la herida de la ausencia.


Sin dudas , el lector tendrá a mano otros, siempre numerosos ejemplos de poesía en la que la ausencia protagoniza  el lamento poético, esos poemas del dolor que tan bien denominó Julio Mariscal en su obra “Poemas de Ausencia” y que bajo su advocación  escribimos este artículo.

F.Basallote






Textos citados:
Pedro Lastra. Baladas de la memoria. Antología. Pretextos. Valencia, 2010
Víctor Jiménez .El tiempo entre los labios. Renacimiento. Sevilla, 2009
Antonia Toscano. Antología poética .Colectivo Giner de los Ríos. Ronda.2009
María Sanz. Los cielos tardíos. Ayuntamiento de Piedrabuena, 2009
Rocío Hernández. Viento de cuchillos. Ed. En Huida Sevilla, 2010







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