lunes, 29 de abril de 2013

RESEÑAS III - POETAS ESPAÑOLES. Andrés Sánchez Robayna, "La sombra y la apariencia"



RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ESPAÑOLES



La sombra y la apariencia de Andrés Sánchez Robayna











ESENCIA DE LA LUZ
Sobre  La sombra y la apariencia de Andrés Sánchez Robayna
 Tusquets.2010



Existe una  poesía de la luz, denominación que en la poesía contemporánea  tiene el más claro ejemplo en la poesía de Elytis: “En el principio la luz y la hora primera”. La luz es un elemento fundamental en su lírica basada en  la raíz esencial del arte griego: “los europeos y los occidentales,  hallan siempre el misterio en la oscuridad, en la noche, mientras que los griegos lo hallamos en la luz, que es para nosotros algo absoluto…”, dice el poeta.    En nuestra poesía están y estarán siempre presentes  los versos de Juan Ramón: “Y en esa luz está tú;/pero no sé dónde estás /no sé dónde está la luz.” o “ Luz vertical,/ luz tú/ alta luz tú,/ luz oro;/ luz vibrante, luz tú./ Y yo la negra, ciega, sorda sombra horizontal”, recogido en La estación total con Las canciones de la nueva luz, un libro fundamental en la trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez  en su  " anhelo creciente de totalidad".


Su poema: “Luz vertical, / luz tú/ alta luz tú, / luz oro; / luz vibrante, luz tú. / Y yo la negra, ciega, sorda sombra horizontal” nos conduce directamente al último libro de  Andrés Sánchez Robayna,   La sombra y la apariencia, sin luz no hay sombra; sin sombra, no hay luz humana: “Donde incluso la sombra/ tiene luz, / allí el verano/ se dice. // Donde la oscuridad/ te dice, / palabra, / aún dices luz”.  Un poeta de la esencialidad que en la luz  realiza su visión poética, en un cierto parecido juanramoniano  en el camino de la totalidad. De este libro dice el crítico Juan Antonio Masoliver: “Poesía que rechaza toda decoración y que sin embargo encuentra la intensidad de su esencia en el adjetivo: luz negra, luz caliza, luz de mica, sol lento, sol blanco, ruido blanco, ápice blanco…”.


Andrés Sánchez Robayna (Santa Brígida, Las Palmas, 1952) está considerado como uno de los más destacados poetas canarios. A su excepcional obra lírica, con gran influencia  de los mitos insulares, une su condición de filólogo, traductor y profesor de Literatura Española en la Universidad de la Laguna.  En su poesía es patente la influencia de la “poesía pura” de Juan Ramón, y la presencia cercana de José Ángel Valente, aunque como dice el citado  Juan Antonio Masoliver: “Es una poesía que ha superado todo el lenguaje subjetivo de la tradición lírica, el culturalismo, el conceptualismo y la abstracción de tanta poesía contemporánea y, finalmente, el esteticismo, esta belleza decorativa que se convierte casi en un valor moral. Estamos, simplemente, ante y en la plenitud del objeto, de su materia, de su luz y de su forma.”  En unas recientes declaraciones el poeta dice: “No concibo ningún aspecto o faceta de mi vida sin la presencia de la palabra poética. Casi desde que tengo uso de razón, y desde mi descubrimiento de lo poético en unos años en los que estamos más resueltamente predispuestos a ello —aunque sólo sea porque, en ese período, una magia envuelve todas las dimensiones de la experiencia, empezando por la del lenguaje—, la palabra poética ha condicionado y determinado mi ser más profundo y lo ha conducido a lugares del espíritu que no sé si hubiera conocido de otro modo.”


Siete conjuntos de poemas  forman este libro: Inicial, o fracturas de una invitación imperiosa, Correspondencias, Sobre una confidencia del mar griego, En el centro de un círculo de islas, Reflejos en el día de año nuevo, Del lugar del zunzún, y Urnas y fugas.  El primero: Inicial, o fracturas de una invitación imperiosa, es a la par que definición de principios: “Tu que has amado el sol/ y el centro, y que deseas/adentrarte en la luz,” ratificación de la búsqueda e invocación: “Armonía del mundo, dame el misterio último de la isla no hallada”. En Correspondencias, con un cierto carácter elegíaco, mantiene su constante: “…/Arriba, el ojo hueco, / el cedazo sagrado. /Llegan la luz, la lluvia, / a tus manos, abajo.”. El tercero, Sobre una confidencia del mar griego, fue publicado parcialmente en 2005,  se centra en el mar, los dioses griegos y la luz mediterránea: “Los dioses sonreían en las aguas brillantes. / No mueran esos dioses .Que sonrían, / en lo eterno, y el mar sea su sonrisa.”-, “¿Cuál es el dios, entonces, / di, / del salitre en las sienes, / del deseo del ser?...”,  “…Mira las islas / del espino y la higuera/ incendiada, míralas perdurar como una ofrenda al sol…”. En el centro de un círculo de islas,  fue publicado  en 2007, es asimismo una evocación de las islas griegas y de su luz: “…Donde la oscuridad /te dice, / palabra, aun dices luz. /Donde / el cuerpo está, / dices convocación, sol absoluto.”, “…Delos, fúlgida y leve, la belleza que cifras/ y nos cifra, hace mucho que viajamos/ hacia ti desde un fondo de oscuridad…”. En el quinto, Reflejos en el día de año nuevo, incide en la nada, en el tiempo suspendido: “…Es la nada/ son las manchas del sol que rompen contra el mundo, / desnudo, / más allá del saber, / en la tierra.”. “…Sobre la superficie de las cosas, el temblor, la nada deseante…” . El sexto, Del lugar del zunzún, está dedicado a Cuba, emplea aquí   alejandrinos y endecasílabos, combinados con prosa poética: “ …Años más tarde el niño aquel lo supo: era la isla, sí, distinta e indistinta, la isla que tenía el exacto, infinito tamaño de su sueño: el espacio del mundo, el sueño de la tierra.”; “…Bajo los cabrilleos de las aguas/ de sortilegio y reconciliación, / nos abrazaba el aire, y encontramos/ el pez de oro en el centro de La Habana.”. En Urnas y fugas.  hay un “tombeau” a Mallarmé: “…La losa oscura. Una columna, / únicamente. Encima, un ánfora…”y el poema Patmos, el más largo del libro: “…Regresas a  los pastos/ de la palabra, cruzas la tarde, hasta las aguas del principio, / oh, pastor de silencios, de la nada/ ávida de una paz, la paz de Patmos.”


Tras ello siguen sonando la voz del poeta: “la palabra poética ha condicionado y determinado mi ser más profundo y lo ha conducido a lugares del espíritu que no sé si hubiera conocido de otro modo.”. A esos lugares nos ha trasladado con una asombrosa maestría, con la del ungido por los dioses para diseñar los caminos de la luz…


©F.Basallote
Publicado en Papel Literario , 20/05/2011



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