jueves, 14 de febrero de 2013

RESEÑAS I- POETAS ANDALUCES. Lola Crespo, "Gramática malva"




 RESEÑAS DE OBRAS DE POETAS ANDALUCES
 GRAMÁTICA MALVA de LOLA CRESPO










POLICROMÍAS
Acerca de GRAMÁTICA MALVA de LOLA CRESPO
VOCES DE TINTA. NUÑO EDITORIAL. SEVILLA, 2010




Pocas veces una opera prima aparece con una carga poética tan profunda , tan bien equilibrada de emociones y sensaciones, con la dosis adecuada de conceptos y recursos y  en un acertado uso del lenguaje, rico en metáforas y colorido, como esta  Gramática Malva, que nos ofrece Lola Crespo (Sevilla, 1971) . Claro que detrás de ella no existe sino un mesurado tiempo  en que esta  Doctora en Historia del Arte y Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla, además de  publicar varios artículos sobre la arquitectura virreinal peruana y una monografía sobre la "Arquitectura doméstica de la Ciudad de los Reyes (1535-1746)", (premiada por la Diputación Provincial de Sevilla; 2006), se ha dedicado intensamente a los mundos concéntricos de la poesía no solo creativa , -con el poemario "Menudencias significativas" ganó el concurso "IV Plumier de Versos" –sino que coordina y dirige el grupo de creación literaria La Madeja, con el que participa y organiza diversos recitales poéticos.

Dice en el prólogo de esta obra Luís Miguel León Blanco que esta poeta “…nos transmite además la presencia física y corporal de lo humano en sus poemas. Nos muestra la piel como receptora del tacto sutil de la palabra;  el pulso como el ritmo que acompaña a cada verso y la sangre como tinta que recubre la libertad de rima…”. Y profundamente humana y abiertamente sensitiva se nos abre su poesía derramándose sutilmente por los motivos eternos por los que clama el hombre: amor, memoria, pérdida, desamor, la vida simplemente…, y lo hace de una forma serena y cadenciosa, dejando en el poema la luz del mundo que atraviesa sus versos y como en un prisma se hace abanico de colores, una polícroma sintonía en la que lo plástico se hace emoción y sedimenta en bellas y a la vez sencillas palabras, “policromías espontáneas, / colores plurales /…”

Dividida en seis partes, como quien disecciona la emoción y la clasifica en segmentos imposibles de aislar en su transversalidad de unicidad poética aunque les diferencie externamente una temática propia: Éramos, AnaMORfosis, Anémona Anémica,  Borrón y cuenta ¿nueva?, Al pie de la letra y Arenas.  Éramos es el ayer pujante en la fuerza de sus colores y en el verso en el que “Amanecer era re-escribirse/ al pie de la letra…”. Así dirá que: “Éramos gramática libre/ y pragmática de arroyo,/…/Éramos trazos sueltos,/…”  y  “…añil y rojo y ocres/ y azules de desecho/ en mañanas recién creadas/ con sabor a verde,/ a sal o a sed amarilla/…” y en ese universo germinal “ Fuimos testigo del canto bisílabo del grillo” y “caligramas de la supervivencia”  , para concluir diciendo que “Fuimos memoria muda”

Es la segunda parte AnaMORfosis un tiempo desolado en el que el amor y el desamor trenzan las horas en el vacío de un espacio inexistente, “Éramos amantes sin espacio…/amantes sin rincón,/ a veces hasta sin labio./…”,  en el que los colores forman un paisaje de códigos aprehendidos para la interpretación de la nostalgia: “Mientras me enciendes un fósforo/ yo te pienso más allá de los azules,/ justo en el momento malva/ en el que,/ uno tras otro, /todos mis huesos/ fueron vocales de humo.”  Anémona Anémica es tiempo de tinieblas, donde la luz es una lejana referencia de la memoria: “Eras la luz en los ojos…”, tiempo de confusión en el que “Cuando empleo la palabra médula/ yo sé bien de lo que estoy hablando:/De jardines oxidados…” y en el que la poeta logra imágenes de gran intensidad plástica cuando se pregunta “¿Qué hacer cuando se ha visto al espantapájaros/ libar del corazón de la última alondra de la tarde?”.   Borrón y cuenta ¿nueva?, es el reencuentro con la rutina de cotidiano, lejos ya el tiempo de los colores  exaltados llega a decir, con un toque de amargura: “El mundo es un inmenso Ebay/ en una puja permanente,/ un mundo de usar y tirar/…”. En Al pie de la letra la poeta se encuentra consigo misma  en una especie de retorno en que reconoce la excepcionalidad del pasado: “Vengo del desorden del Universo”   y en la parte final Arenas, vuelve a la memoria de su derrotero, encontrando los fallos de sus cartas marinas. “ Nuestros portulanos/ desechaban las costas ajenas/ y nuestras cartas de navegación/ estaban llenas de laguinas./…” y reconociendo que “ Fui una geografía extraña en aquel atlas…” .

Un  hermoso y completo poemario, que habla de madurez poética, de un buen hacer unitario y compacto ajeno por supuesto a las divagaciones de la  poesía de una principiante, antes al contrario una sólida escritura en un trazo fuerte y profundo con intención de marcarse en el mármol imperecedero de la poesía eterna .

F.Basallote
Publicado en Papel-Literario, 10/12/2010

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