lunes, 30 de diciembre de 2013

ANTONIO HERNANDEZ , PREMIO ELIO ANTONIO DE NEBRIJA 2012



Antonio Hernández , “Cante chico
Edita ACE-A, 2013














El Premio de las Letras Andaluzas “Elio Antonio de Nebrija” 2012, de la Asociación Colegial de Escritores de Andalucia (ACE-A), le fue concedido a Antonio Hernández. Con tal motivo dicha Asociación editó el poemario “Cante Chico” en el que se recoge una breve Antología de su obra, en la que prevalecen los poemas dedicados a su pueblo y a su tierra andaluza.

Antonio Hernández (Arcos de la Frontera ,1943) es poeta, novelista y ensayista. Tras sus estudios de pedagogía y antropología se dedica a la creación literaria y al periodista, profesión que ejerce en todos los periódicos de Madrid, llegando a escribir más de mil artículos y obtenido por ellos los premios José María Pemán y Manuel Alcántara.
Como poeta, con más de cuarenta obras publicadas , ha recibido , entre otros, el Premio Adonais, el Miguel Hernández, el Vicente Aleixandre, el Tiflos y en 1980 fue reconocido con el Premio del Centenario del Círculo de Bellas Artes de Madrid, que recibió de manos del rey Juan Carlos I.. Ha recibido también el Premio Nacional de la Crítica (1994) y el Premio Andalucía de Novela. Algunos de los libros de su vasta producción han sido traducidos a otros idiomas (árabe, italiano, francés, catalán, portugués, etc.). . Su obra es objeto de estudio en diversas instituciones internacionales de prestigio, como la Universidad Athens de Estados Unidos. En 1999 el ayuntamiento de su localidad natal le otorgó el título de Hijo Predilecto.

Para él su ciudad natal es elemento primordial de su poética generando el núcleo de su poesía como motor de la memoria de tal modo que como señala Antonio Garrido : “ Arcos es Andalucía y el mundo”. José Lupiáñez dice de él: “Otro elemento sustancial de su obra es la reivindicación permanente de un territorio: la patria natal, Arcos de la Frontera y, por extensión, el sur, Andalucía. Antonio Hernández no ha dejado de tener presentes sus orígenes andaluces a lo largo de toda su producción poética. A ello debió contribuir la belleza de Arcos, su cuna, y cuna también de Julio Mariscal y de los poetas de Alcaraván. Arcos, un lugar mágico "entre la realidad y el sueño". Él mismo en su Guía secreta de Cádiz (1979) decía también que Arcos "es un suspiro para las gargantas y una absolución para los ojos. Cientos de poetas al contemplarlo, se han apercibido de la estrechez de su musa. Y cientos de poetas se han perdido para la poesía en sus calles en desigual competencia con su espectro sonámbulo de callejas, hornacinas, patios, abismos, empedrados, plazas y pájaros como de anunciación"... Se comprende que el escritor acuda una y otra vez a éste, su predio, en el que sus ojos vieron la luz primera.”

Arcos y Andalucía , Andalucía y Arcos, el mundo según Garrido, brillan en su obra con luz propia.

El poema “Coronarias” que abre el poemario Cante Chico es definitorio:

Siempre que he visto un trigal
me ha dicho mi corazón
que él se llama Andalucía.
Y hemos temblado los dos.

Siempre que yo he visto un río
ceñir su agua a una peña
he notado por los ojos
mi corazón dando guerra.

Y siempre que he visto un pueblo
encima de una montaña
se me ha ido de la mano
mi corazón a mi casa.


Casa, peña, río, pueblo,
Andalucía lejana...
¡Son los latidos que tengo!


Asimismo en el poema “El nombre de mi patria” define su concepto de nacionalismo:


Hablo de España
y se me llena la boca
de Moscatel, de Lágrima, de Málaga.
Si su costa me habla
Cádiz emerge sus campanas.
Y si Sevilla me canta
tiembla mi corazón,
se entretriana.
Yo sé bien lo que me pasa
si Córdoba pronuncio:
llego al centro de mis casta.
Porque Huelva es un rumbo que atestigua
sus sílabas en libertad me embarcan.
Si Jaén entretengo por los labios
se me llena en la boca su palabra.
Hablo de España
y el paladar se cuaja
de Almería, bella y áspera,
de Granada meciendo
su figura noctámbula.
Si digo Andalucía
estoy diciendo el nombre de mi patria.

En su libro Indumentaria, (El Observatorio, 1986) están algunos de los poemas recogidos en esta breve Antología y éste que a nuestro parecer constituye con los dos anteriores la triada elemental de su poética:


CONTRAMILAGRO

Yo vine desde el Sur una mañana. Ausente
de mí, vine y dejé el caserío blanco
rodando en la memoria que el río traspasaba,
mi novia que tenía ojos tristes sin cuerpo,
la tarde haciendo incendio recordado el crepúsculo.
Flores lució la luz desde el primer instante,
pues nacimos frotados por estrellas. (De pueblo
minúculas señales eran y luz del río
o por las nochez frescas del verano nos daban
noticias del secreto universal, cantando
con los gfrillos y acequias).
Yo dejé aquel abismo
conocido y sin trampa y me infiltré en el vértigo
de lo imantado apenas: la gran ciuddad veloz,
sin alas de caricia.
Y me ocurre en el pulso
que, cuando con su aroma, la primavera tiende
a volver lo perdido, obro en gesto de adiós
en lo que no es mi cuna, desaparezco en vilo
como sombra de agua, vuelo inerme hacia el Sur
de verdes compañías.
Yo vine desde el mar
y mi expresión lo sabe, lo delata en su gesto
mi reserva de alondras, de nubes reposteras,
de árboles mostrando la elección de una patria.
Pues es sabido, y clama, que el hombre que no muere
donde nació no crece, no canta en otra vida,
no juega con el barro al pie de los arroyos,
continuado Adán.
Yo vine desde el Sur
a dividir mis panes y mis peces, un día.


Este “Cante Chico”, que nos ofrece Antonio Hernández es poesía mayor, una intensa joya de intenso brillo y un acierto de la ACE-A , que apuntamos en el buen hacer de su presidente saliente, el poeta José García Pérez.


© Francisco Basallote

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jueves, 26 de diciembre de 2013

RESEÑAS IV. POESIA SEVILLANA. Mª JOSÉ COLLADO



“TOPACIO DE MEMORIA”
Sobre BRUÑIDAS SOMBRAS  de MªªJOSE COLLADO
ED.EN HUIDA, 2013










Mª José Collado,(Jerez de la Frontera, 1958) ha colaborado en numerosas revistas literarias: Agenda de la tolerancia, revista Océano, Cuadernos de Roldán, Aldaba, Diálogo, Jirones de azul, En sentido figurado, Poesía actual, Andalucía liberal, Revista Tinta china. Revista Grisú. Palabras diversas. En varias convocatorias de poesía visual. Contra la violencia de género. Ha publicado:  Monográfico de La Cuerda del Arco, La luna en el laberinto. Arde la vida bajo el cobre lunar. Tapiz de agua. Bruñidas sombras. Se encuentran poemas suyos en las Antologías: Palabras indiscretas, Casa Eolo, I Encuentro hispano marroquí de poesía Jacinto López Gorgé, Versos para derribar muros, Especial de poesía andaluza vol.1 En sentido figurado. III Encuentro hispanomarroquí Trina Mercader.  Ha sido finalista de varios certámenes de poesía, Premio de poesía del IV Certamen Internacional Traspasando Fronteras, Universidad de Almería 2010.

En el prologo de Bruñidas sombras  dice el poeta Jesús Tortajada: “María José Collado sabe muy bien emplear la gubia de la palabra, el pincel de la metáfora, con una especial y certera precisión en la imagen, a veces pretendidamente desnuda, dejándonos su fineza y su sensibilidad.”

Y es que la poesía de María José Collado nos llega fundamentalmente como un reposado, suave, musical  y hábil trabajo de orfebrería de la palabra que viste de sencillez y una dulce melancolía la dura cotidianidad, los ásperos escorpiones de la memoria, el lacerante escozor de las heridas del tiempo y de la vida, y las profundas, hondas y oscuras entrañas de los laberintos personales. Cernuda y Machado se encuentran muy cerca de estos versos a los que en algún momento de intimidad vemos como se asoma la  Emily Dickinson más pura. 

La poeta nos ofrece su obra y en  el pórtico de la misma, en un bello poema denominado “Atrás el laberinto” se nos define y abre de par en par las puertas de su poética: “ …Sentarse cerca de la ventana, palpar la luz,/ luego su fundido irrevocable con el negro./ Ignorar el periódico, negarse al malhumor,/ a la desconfianza del ébano en los titulares./ Negociar con la ducha estatutos de calma,/ regresar al origen, la desnudez del mundo./…”y es que en este poemario se concitan los elementos fundamentales de su poética: cotidianidad, memoria e intimidad, que junto a aspectos transversales como tiempo, evocación o ausencias urden la trama de una serena música en la que las palabras trascienden de lo conceptual al cielo de las imágenes en metáforas lúcidas e intensamente sentidas en un marco donde la belleza se instala en la soledad emocionada.

Y esa cotidianidad se nos presenta   mientras : “..Cientos de ojos atisban,/ a escala reducida, la ciudad enredada/ en un fleco de nubes.”, el ritmo de la ciudad , machadianamente descrito: “ Ver puntuales a las palomas/ acercarse a la plaza,/ les gusta el sol de julio./ El reloj de la iglesia/ traza el tizón del mediodía/…” , el estrés colectivo: “…Chaquetones, bufandas y carteras, /al ritmo calculado por la prisa,/ estridencia de móviles,…/…”  y la ciudad, ese monstruo de sombras que nos muestra  : “En cada ventana, una luz/ distinta, un parpadeo/ de televisores, soledad/Sin manos o en compañía./…” .Cotidianidad en la que el tiempo penetra con su flor de intimidad, como sucede en “Pensar Noviembre  que “Trae espejos de lluvia para ti/ que naciste en el mes del agua….” o  Diciembre en la retina  enmarcado,/ una conspiración de fuegos, /oscura plata, serpiente de humo,/ un saxofón en la ventana del segundo.” , y la memoria con su poder de evocación  : “…Respiro en tu piel transparente/ el tiempo evaporado, los números en fuga/ de lo que fue posible./…” . Unos días felices  que vuelven en alas de “ …la música de un tiempo, la juventud/ sin máscaras, vibra una armónica, habla/ con otros instrumentos, restalla luz y alma,/ fuerza donde tu boca es savia y tormenta…” Pero se hace presente una intimidad sensible que entre versos aparece como una leve admonición a la eventualidad de la dicha: “Me acerco irreverente a la locura/ de todos mis abismos, sus labios/ entreabiertos así lo exigen./…” , apareciendo el dolor en su memoria: “En el tuétano, plomo,/ hilandera de apósitos/La ciega lavandera, / viejos cuervos insomnes/ en travesaños del recuerdo.” , aunque hay una manifiesta voluntad de superarlo: “Rastrear la luz en el vientre/de todos los naufragios,/alzarla como un cáliz, asistir a su renacimiento.” .  Evocación que como dice en el poema final “Bruñidas sombras”, completamente definitorio:  Lento aceite de lámpara, chisporroteo de imágenes/ llegadas de otro tiempo/ Bruñidas sombras y remos/ cruzan revueltas aguas/…/Topacio   de memoria,/ testamento  del péndulo y la sangre,/…”

©F.Basallote